Lo que empezó siendo un experimento interesante, acabó convirtiéndose en una obligación rara (no, no me gustan las obligaciones).
Como todo, este experimento también ha tenido su lado bueno... al fin y al cabo, ha sido una cosa parecida a la que siempre he hecho en cuadernos de notas y en folios sueltos, solo que esta vez no quedaban solo para mi... esta intimidad extraña que te da la red, no deja de ser una ilusión, así que de momento, me vuelvo al papel... en parte porque creo que ya he dicho mucho de lo que merecía la pena decir y también porque me sentía un poco como gritando al vacío (que a veces está bien, pero al final acabó dejándome afónica).
Aunque no me gustan ni los finales, ni las despedidas, ni los para siempre, los necesito para poder poner los datos a cero y reiniciar -como Piratas-. Así que igual que empecé esta pekeña aventura en ciber espacio, termino agradeciéndote el que en algún momento hayas pasado por aquí...