Música para después de unas navidades vacías

Estoy escuchando Smoking Point, el segundo trabajo de Pablo Moro. Este asturiano que se dio a conocer en 2006 me ha vuelto a enganchar como ya lo hizo en su día con 'Vozka y caramelos'. Sabe cómo contar las historias y eso se nota en cada estrofa de cada canción. Su pasión por el cine le convierte en el director de todas escenas que aparecen en sus canciones, pero también está presente, él siempre está presente... es la voz de la conciencia de sus personajes, dibuja perfiles psicológicos en los que podría estar yo y podrías estar tú, te lo aseguro. Dice las cosas como son, pero con un toque irónico, con una vuelta más... como cuando descubres algo nuevo en el cuadro que lleva años colgado en el salón y hace que lo veas de otra manera, como si hubieses descubierto un secreto.

El disco salió en septiembre, y ahora en enero la elegida para ser el nuevo single es 'El último vals'. Esto es lo que decía el propio Pablo hace unos días en su web (que no tiene desperdicio, pásate si quieres conocer algo más sobre él y de paso escuchar algunas de las canciones):

No sé la vuestra, pero mi vida ha estado y está marcada por el cine. Más de una vez me he imaginado como el personaje de una película, buscando la palabra perfecta para cada momento, imaginando que despues del dolor o el placer vendría un fundido a negro que retuviera para siempre esas escenas. Muchas veces he pensado que sería mejor si alguien escribiera mis frases. Hablando de frases, una vez leí una, en algún lugar que no recuerdo, que resume lo que quiero decir: "La vida es una película donde se muere de verdad".